Me levantaba por la mañana, hacía mucho frío era puro
invierno. Estaba triste por problemas personales, pero no iba a dejar de ir al
“Cerezo” y más este día tan especial que íbamos a hacer zumba con Elena. Era la
primera vez que hacía zumba y bailar me gustaba, pero me daba vergüenza hacerlo
delante de todos mis compañeros.
Desayuné y me vestí enseguida, pensaba que llegaba tarde
pero llegué a menos cuarto un minuto más y no estaba la furgoneta menos mal que
llegué a tiempo. Íbamos de camino mientras escuchaba música en el móvil.
Llegamos y lo primero que hicimos fue almorzar, a mí se me había olvidado el
almuerzo, bueno en verdad nunca llevo almuerzo pero esta vez lo tenía echo;
pero se me había olvidado encima de la mesa de la cocina.
Almorzamos y dimos la clase del curso que estábamos haciendo
con Paqui, era el de habilidades sociales. La verdad que era un curso que me
gustaba mucho aunque fui poco a ese curso. Dimos la clase y enseguida fuimos
con Elena a dar zumba. Yo tenía vergüenza, pero por dentro estaba súper
ilusionada por hacer el baile; ya que, me encantaba bailar pero a escondidas.
Nunca hacía las cosas cara al público por así decirlo, me da mucha vergüenza es
una parte de mí que no suelo sacar a simple vista.
Comenzó Elena por el calentamiento, primero movimos la
cabeza hacia abajo hacia un lado y hacia otro, luego movimos el brazo hasta la
espalda y así sucesivamente. Luego comenzó diciendo los pasos de baile y yo no
los hacía, vino a mí y me dijo que bailara y que la vergüenza me la quitara de
encima. Después del baile hicimos relajación, nos tumbamos y comenzó a contar
una historia. A continuación de la relajación hicimos juegos y me comencé a
reír.
No paraba de reírme, estábamos comiendo y les contagiaba a
todos mi risa. Estábamos en la reunión y seguía riéndome. La verdad que fue muy
bonito ese día. Me lo pasé de maravilla. Fue un día especial.
Otro día especial que recuerdo con todos mis compañeros también
fue cuando fuimos a ver las fallas de Valencia. Nos reímos mucho y nos lo pasamos súper bien,
aunque a mí personalmente la parte de la traca me dio un poco de miedo, porque
tengo miedo a las tracas, son tan ruidosas que me dan miedo es un miedo sin
explicación.
Y habido muchos momentos buenos, aunque también de enfado y
de ira y tristeza. De tristeza sobre todo cuando se fue Paqui, la coordinadora
del centro de día. Aunque actualmente hay otra chica nueva que se llama
Cristina y es muy maja también. La verdad en mi opinión personal no hay nadie
del centro de día que me caiga mal.
Pueden haber unos que me caigan mejor y otros menos, pero nadie me cae
mal. Todos son súper simpáticos y buenas personas y los quiero un montón.